viernes, 17 de febrero de 2012



Si me muero mañana, diganle a este hombre que siempre lo amé, y que si hubiese podido, hubiese dado todo por hacerlo sonreír, y ser feliz junto a él un minuto de mi vida. Diganle que lo amo como nunca nadie lo va amar, y que no me importa lo que digan los demás. Sea el primero o el segundo, sea el peor, para mí es el más grande de todos. Si me muero mañana, diganle que si hubiese podido hacerle entender lo mucho que lo amo, y si hubiese podido hacerle ver cómo me brillan los ojos cada vez que lo pienso, hubiese sido la mujer más feliz del Universo. Diganle que cuando lo nombran, el corazón me va a mil, que cuando dicen “te amo” me acuerdo de su nombre; que cuando huelo un perfume rico, me acuerdo de él. Diganle que cada vez que lo veo sufrir, se me parte el corazón. Diganle que por más que me muera mañana, nunca lo voy a dejar de amar, y que mi último pálpito, fue exclusivamente suyo.




(escrito el 28 de septiembre de 2011)

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